Creo que nuestra historia da la cantidad de pruebas necesarias como para afirmar que aquí se desarrollan nuevas teorías políticas, refutando a las más grandes civilizaciones de la humanidad como la Griega y la Romana, y cualquier teoría ilustrada moderna que hable sobre la división de poder y las libertades individuales y políticas (Ver Revolución Francesa e Independencia de EEUU para más información).
El conflicto del campo se ha transformado en algo mucho más profundo y complejo que un mero reclamo sectorial. Ha movilizado a una gran parte del país ya sea para apoyar a los dirigentes agrarios o para apoyar al gobierno de turno. A lo largo de estos últimos cuatro meses hemos visto innumerables movilizaciones (pagas o no pagas es indistinto) y una gran preocupación no sólo por la resolución del problema sino por la actuación de nuestros representantes electos. La primer mitad del conflicto estuvo marcado por un gran apoyo opositor pero con muy poca intervención de gobernadores, diputados o senadores. Hoy la realidad es otra. Cristina mandó el proyecto de Ley al Congreso para que se lo trate y sucedan los siguientes desenlaces:
1 - Se apruebe tal como está
2 - Se lo rechace
3 - Se lo modifique
Esta fue una movida muy astuta del Gobierno, a mi parecer, la primera desde que comenzó el conflicto, dado que le pasó la responsabilidad a los Legisladores provinciales que en teoría, deberían responder a los intereses de su gente. Al mismo tiempo desplegó todo su aparato político para lograr dilatar las sesiones de discusión de la Ley y vemos al ex-Presidente argentino hablándole a los diputados como si fueran jugadores de fútbol, pidiéndoles que "pongan lo que tienen que poner". Si el oficialismo logra su cometido habrá hecho una jugada magistral con la que, en teoría, el reclamo debería detenerse, ya que se habrá ratificado democráticamente el Decreto, ahora en forma de Ley, avalada por los representantes del pueblo.
Cualquiera sea la resolución, personalmente me gusta ver a la Democracia en acción. Tardamos cerca de 200 años en ponerla en práctica, con todos sus vicios y lazos que unen a la mayoría de los políticos a través de favores u obediencias partidarias. Esperemos que esta etapa se cierre democráticamente y de la mejor manera, que es en beneficio de todo el país. Ojalá todo pase a través del Congreso y que los Diputados y Senadores sancionen las leyes teniendo en cuenta los deseos de los que los votaron y no por presiones, coimas o promesas políticas.
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