Al mismo tiempo que hablaba Alfredo de Angelis, héroe popular de Gualeguaychú, afirmando que la protesta sigue firme, llamando a la paz de los manifestantes, reclamándole a los legisladores que legislaran para el pueblo y derogaran la ley de superpoderes y exigiéndole a los gobernadores provinciales que gobiernen para el pueblo y no para el oficialismo, en distintos puntos de la Capital Federal se fueron agrupando vecinos con sus cacerolas. A las puertas de la Quinta Presidencial en Olivos también se amontonaron cientos de personas. En cambio en Plaza de Mayo se reunieron agrupaciones políticas para apoyar al gobierno nacional.
Mientras Cristina Fernández de Kirchner junto con su marido y ex presidente Néstor Kirchner; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Justicia, Aníbal Fernández se reunieron para analizar la situación actual y seguramente elaborar un plan de acción.
Estamos muy lejos del final de este conflicto, tal y como lo afirmaron Cristina y Aníbal y si la situación continúa así el país y por lo tanto nosotros los ciudadanos vamos a atravesar períodos muy complicados e inestables. Llamo a la cordura de nuestros dirigentes para que de una vez por todas se termine este conflicto que nos afecta a todos. Está claro que los cacerolazos no son de la gente rica y "blanca" sino de una gran parte de la sociedad argentina.
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