Comienzan las campañas políticas en Argentina y ya se pueden ver carteles pegados por la ciudad. Los fines de semana se aprecian banderas y puestos de todos los colores en los puntos claves de la capital. Y también se ven los folletos tirados en el suelo de a cientos, panfletos y carteles pegados en las paradas de colectivo, en las rejas de las plazas, tapando publicidades de artistas o empresas que pagaron por sus espacios. También se pueden escuchar los autos o combis con sus parlantes a todo volumen promocionando a los candidatos y sus respectivos partidos políticos.
Es decir, comienzan las elecciones y la ciudad se llena de basura y de contaminación visual, sonora, básicamente, ambiental.
¿Reflexiones?
1- Educación Cero. La mayoría de la gente tiene tachos enfrente de su cara y tira los folletos al piso. Un mono educado es más limpio que la mayoría de la población de la Capital Federal. Triste.
2- Deplorable. Los partidos políticos hacen lo que quieren, pegan carteles donde se les ocurre y dejan la ciudad hecha un asco. Usan un engrudo que arruina todo lo que toca y después se tardan meses en sacar los restos de papel que quedan pegados por todos lados. Deplorable.
3- Viva la pepa. Debería haber algún tipo de multa que castigue a los partidos que ensucian así la ciudad.
4- Caraduras. Mientras todo ésto sucede nos quieren vender moralidad, ética, respeto, proyectos y progreso, pero ni ellos mismos ni sus partidos son lo suficientemente educados como para no ensuciar la ciudad, proteger el medio ambiente y promover la educación. Los folletos del PRO ni siquiera tienen la leyenda "Volante entregado en mano. No lo arroje en la vía pública. Ley N° 260". ¡Indignación!
Hasta que los partidos no "practiquen lo que predican" la cosa no va a cambiar. Mientras sigan matándose entre ellos por conseguir un voto más la sociedad no va a ser menos violenta. Y mientras ellos mismos no respeten las leyes, Argentina va a seguir siendo un país bananero en el que se promueva la plata fácil con el menor esfuerzo posible.
Es decir, comienzan las elecciones y la ciudad se llena de basura y de contaminación visual, sonora, básicamente, ambiental.
¿Reflexiones?
1- Educación Cero. La mayoría de la gente tiene tachos enfrente de su cara y tira los folletos al piso. Un mono educado es más limpio que la mayoría de la población de la Capital Federal. Triste.
2- Deplorable. Los partidos políticos hacen lo que quieren, pegan carteles donde se les ocurre y dejan la ciudad hecha un asco. Usan un engrudo que arruina todo lo que toca y después se tardan meses en sacar los restos de papel que quedan pegados por todos lados. Deplorable.
3- Viva la pepa. Debería haber algún tipo de multa que castigue a los partidos que ensucian así la ciudad.
4- Caraduras. Mientras todo ésto sucede nos quieren vender moralidad, ética, respeto, proyectos y progreso, pero ni ellos mismos ni sus partidos son lo suficientemente educados como para no ensuciar la ciudad, proteger el medio ambiente y promover la educación. Los folletos del PRO ni siquiera tienen la leyenda "Volante entregado en mano. No lo arroje en la vía pública. Ley N° 260". ¡Indignación!
Hasta que los partidos no "practiquen lo que predican" la cosa no va a cambiar. Mientras sigan matándose entre ellos por conseguir un voto más la sociedad no va a ser menos violenta. Y mientras ellos mismos no respeten las leyes, Argentina va a seguir siendo un país bananero en el que se promueva la plata fácil con el menor esfuerzo posible.
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