Hoy la temática no tiene nada que ver con la tecnología, marketing o redes sociales.
Mientras que ayer se cumplían 25 años de los dos goles de Maradona a Inglaterra en el mundial de México 86, la actualidad futbolística vivía una realidad contrapuesta. Por un lado Peñarol y Santos definían la Copa Libertadores de América. Del otro lado, se jugaban dos partidos de promoción del fútbol argentino.
Mientras que ayer se cumplían 25 años de los dos goles de Maradona a Inglaterra en el mundial de México 86, la actualidad futbolística vivía una realidad contrapuesta. Por un lado Peñarol y Santos definían la Copa Libertadores de América. Del otro lado, se jugaban dos partidos de promoción del fútbol argentino.
Dos realidades extremas, pero con finales similares.
Una vez finalizado el partido de la Libertadores ingresaron hinchas del Santos para agredir a jugadores de Peñarol. Eso derivó en una batalla campal que enfrentó a ambos equipos. Una imagen lamentable y patética. Mientras que la Champions League se definió a pura fiesta y honor, con respeto entre los dos mejores equipos del mundo, acá terminaron a las piñas.
El otro hecho bochornoso se dio en el estadio de Belgrano de Córdoba. Luego del segundo gol de Belgrano a los 7 minutos del segundo tiempo, algunos "hinchas" de River Plate rompieron el alambrado, ingresaron al campo de juego, increparon a los jugadores y hasta llegaron a empujar a algunos. Tuvo que intervenir la policía y el partido estuvo detenido 20 minutos.
¿Qué pasa en Latinoamérica que todavía seguimos teniendo barrabravas y desadaptados sociales que ven en el fútbol la posibilidad de establecer mafias organizadas y armadas, que presionan a las autoridades de los clubes, a las fuerzas policiales, y que pueden ingresar libremente al campo de juego sin ser detenidos?
Son éstos los momentos en los que nos damos cuenta de que, por más que nuestros políticos hablen del crecimiento económico del continente, todavía tenemos una distancia abismal en el desarrollo cultural que existe en Europa, Norteamérica y otras regiones del mundo como Asia o los países de Oceanía.
Latinoamérica sigue siendo reinada por mafias, en todos los ámbitos. Y por culpa de la falta de acción de los políticos y autoridades de clubes y de las Organizaciones Oficiales, como AFA, AUF, CBF y en especial la FIFA.
En el ámbito local, Julio Grondona está instalado en el fútbol argentino desde la década del 70. Prácticamente todos los equipos de fútbol tienen deudas gigantescas, lo que provoca que deban vender rápidamente a sus buenos jugadores para obtener dinero líquido y responder a las obligaciones. Los sueldos por lo tanto nunca pueden ser elevados. Existen pocas instituciones con sus finanzas sanas y que pueden mantener proyectos deportivos a largo plazo. Ésto provoca que la calidad futbolística decaiga notablemente. Sin embargo, Europa está plagado de futbolistas sudamericanos que triunfan en los más grandes clubes. ¿Por qué no los podemos tener acá? No les podemos pagar. Simple. Y allá los cuidan, no se sienten amenazados de muerte por las mafias. Y recordemos que Don Julio es el Vicepresidente de la FIFA. No me parece que esté haciendo un buen trabajo, ¿no? El torneo argentino es un chiste. El sistema de promoción es una locura. River hoy se está por ir a la B por la mala campaña del 2008/2009, porque si fuera por ésta, hoy habría terminado dos torneos aceptables y habría clasificado para la Copa Sudamericana. Quizás es hora de volver al torneo largo y emular el sistema de descenso y promoción de las ligas de España e Italia.
El tema fútbol en esta región es un reflejo de la cultura y no se lo puede circunscribir a la realidad del deporte solamente. Hace unos años recuerdo un torneo de tenis en Chile en el que recibieron a un jugador argentino a los botellazos.
¿Soluciones?
Educación.
Respeto a las leyes.
Seguridad y prevención.
Eliminar a las mafias de una vez por todas.
Solamente así Latinoamérica va a crecer culturalmente. Porque podemos estar muy bien económicamente e ir por el buen camino, pero si seguimos siendo chicos de mente, las arcas llenas dejan de importar, porque no sirven de nada.
Como dije en este post, "Una cosa es amor y pasión, y otra cosa es la locura".
Mirá el video de los incidentes en la final de la Copa Libertadores, que extrañamente, no se pueden encontrar fotos o referencias sobre este tema en muchos diarios que visité: